Los pagos oportunos ayudan a los propietarios y clientes de la empresa a establecer expectativas claras de sus ingresos y gastos. Todos esperan recibir el pago de manera oportuna, pero los pagos atrasados tienden a afectar a los dueños de negocios con bastante frecuencia, especialmente cuando operan una pequeña empresa. De hecho, la mayoría de los propietarios de pequeñas empresas tardan un promedio de 72 días en recibir el pago.

La facturación electrónica puede reducir significativamente el tiempo del proceso de facturación, reduciendo el período de una semana o dos a un máximo de un día. Debido al aumento en la velocidad y la precisión a través de la facturación electrónica, las interacciones con los clientes y los pagos B2B ocurrirán con mayor frecuencia en tiempo real. Sin perder tiempo al usar el papel para imprimir y enviar por correo los detalles de la factura, todos pueden ver instantáneamente los detalles para verificar la información, detectar errores y recibir pagos (o realizar los pagos según lo acordado).

LA ECONOMÍA Y EL COVID
 
La crisis sanitaria actual llegó en un momento en que los fiscos ya cuentan con documentos fiscales electrónicos, informaciones sobre las operaciones del contribuyente, y sistemas de monitoreo y control fiscal. Estos instrumentos permiten, por un lado, la previsión de la recaudación con base en las operaciones llevadas a cabo en tiempo real y, por el otro, aumentan el control de posibles desvíos.
Queda claro que el factor que más impacta la recaudación es la actividad económica, fuertemente afectada por la pandemia. No obstante, los documentos fiscales electrónicos y los sistemas automatizados minimizan los impactos de la crisis sobre la recaudación al permitir el funcionamiento de los fiscos, incluso cuando el trabajo se lleva a cabo de manera remota.